Las verduras en su jugo es una forma de cocinar verduras que potencia su dulzor natural. Las claves para que queden estupendas están en los cortes y en el aliño.
Ingredientes: 2 puerros en rodajas gruesas, 2 zanahorias cortadas con el método rodado (o en tronquitos de 2 dedos de grueso), 1 boniato en dados gruesos, 1/2 coliflor en flores grandes, aceite de oliva, sal marina.
ALIÑO DE JENGIBRE: ver sección aliños.
DECORACIÓN: Cebolleta picada.
Preparación:
1. Lavamos y cortamos las verduras, reservándolas por separado.
2. En una cazuela gruesa, honda y con tapa ponemos un chorrito de aceite qeu cubra bien el fondo de la cazuela, con una pizca de sal.
3. Colocamos el puerro abajo del todo, formando una capa compacta de unos 2 cm de grosor. Le espolvoreamos unas pizcas de sal.
4. Encima de la cebolla colocamos la zanahoria formando otra capa y volvemos a espolvorear sal.
5. Hacemos lo mismo con el boniato y luego con la coliflor, hasta tener toda la verdura colocada por capas en la cazuela.
6. Poner la cazuela al fuego y taparla. Cuando notemos que ya cuecen las verduras, bajar al mínimo y dejar que se hagan a fuego mínimo unos 20 ó 25 minutos, procurando no destaparlas. De vez en cuando agitar un poco la cazuela.
7. Preparar el aliño de jengibre.
8. Pasados 20 min. destapar, rociar con el aliño, tapar y dejar que se haga 4 – 5 minutos más, agitando de vez en cuando la cazuela.
9. Apagar, agitar un poco la cazuela y dejar reposar 5 minutos tapada.
10. Servir con cebolleta picada.
CLAVES Y TRUCOS:
- Este plato se hace prácticamente solo, con el jugo que sueltan las propias verduras, que al calor de la llama sacan todo su dulzor.
- Para que las verduras se hagan bien sin pegarse la cazuela debe ser de calidad, de hierro fundido o de acero inoxidable y de fondo grueso. También es importante no destapar el guiso más que lo imprescindible, para dar así oportunidad a que se forme el vapor procedente del agua que desprenden las propias verduras. Si aún así se nos pegan, colocar una placa difusora de calor entre el fuego y la cazuela.
Más allá de mi formación y estudios, lo que más valoro son los 20 años que llevo practicando lo que enseño, alimentándome y viviendo según los principios macrobióticos. La experiencia derivada de ese recorrido de 20 años dando clases y consultas, sumada a mi compromiso constante con la alimentación sana, es mi receta para el bienestar, y disfruto compartiéndola.
A través de los cursos y charlas que ofrezco en mi escuela transmito ese legado, iniciando a otras personas en el camino de la salud y la conciencia a través de la alimentación.