
Macrobiótica significa el arte de vivir una gran (Macro) vida (biótica). Es una filosofía de Vida, basada en la Antigua Medicina China, que se centra en la observación y el uso consciente de la energía.
De esta observación nacen pautas y consejos de alimentación y estilo de vida que potencian tu salud, energía y vitalidad. La Macrobiótica te enseña a valorar los alimentos de una forma holística, de manera que además de su valor nutricional tiene también en cuenta su origen, el contexto en el que se consumen y sus efectos energéticos.
Según la Macrobiótica no tiene sentido comer mangos o piñas en invierno,
porque son frutas de origen tropical, que enfrían y dispersan tu energía, y que
consumidas a diario en invierno acaban por debilitarte.
Sin embargo, si comes poca verdura fresca y tu dieta está basada en carnes,
embutidos, huevos, sal, pan, alimentos muy concentrados, que generan mucho calor y
tensión, quizás sí tenga sentido compensar estos excesos comiendo mango o piña.
Aunque tiene más sentido no comer tan denso ¿no?
En realidad, la cosa va por ahí, como ya habrás intuido.
Se trata de seguir “el camino del medio”, que consiste en alimentarte un 90% a
base de alimentos vegetales de temporada, como los cereales integrales, las
legumbres, las semillas y las verduras, dejando alimentos extremos como los de
origen animal o las frutas, para consumo ocasional.
¿Alimentos extremos?… ¿Eso qué es?
Para explicártelo tengo que hablarte de energía.
¿Te quedas a aprender?
¡Vamos allá!
Vivimos en un mundo dual, en el que el movimiento y todos los fenómenos
surgen de la interacción de dos energías o fuerzas básicas, que son opuestas y
complementarias.
Los antiguos chinos las llamaron yin y yang:
Yin es una fuerza centrífuga, expansiva, que dispersa la energía y por tanto
enfría y ralentiza la actividad. La fuerza yin crea frío, oscuridad, formas dilatadas,
grandes, y crecimiento en sentido vertical.
Un ejemplo es la fuerza centrífuga que genera la Tierra al rotar sobre sí misma,
fuerza que las plantas captan con mayor intensidad, por lo que podemos decir que el
reino vegetal es yin.
Yang es una fuerza centrípeta, contractiva, que concentra la energía y por
tanto calienta y acelera el movimiento o la actividad. La fuerza yang crea calor, luz,
formas compactas, pequeñas y crecimiento en sentido horizontal.
Un ejemplo es la influencia o acción del sol sobre la Tierra, energía que captan
mejor las especies animales y el hombre, por lo que podemos decir que el reino
animal es yang.
La noche es yin y el día es yang. La luna es yin y el sol yang.
Las estaciones frías son yin y las cálidas yang.
En realidad, yin y yang están siempre presentes en cualquier fenómeno, dando
lugar a un pulso o latido, ya que al combinarse se produce una alternancia entre
contracción y expansión. Este pulso se observa en el latido cardíaco, las mareas, la
alternancia entre día y noche, las estaciones…
Como ya hemos apuntado, los vegetales son yin y los animales yang:
1. Las plantas están ancladas a la tierra, creciendo en un mismo lugar (pasivas-yin),
mientras que los animales son independientes y móviles, capaces de cubrir un gran
espacio con su actividad (activas-yang).
2. En los vegetales predomina la energía de la tierra (expansiva-yin), a la que están
conectados y estrechamente ligados. En cambio, en los animales predomina la
energía del cielo (contractiva-yang). Por eso los vegetales tienen formas más
expandidas, como hojas y ramas, que crecen hacia fuera, mientras que los animales
se desarrollan más hacia dentro, con órganos internos y células compactas.
3. La temperatura de las plantas es más fría que algunas especies de animales, de
temperatura más caliente.
Todo esto es relativo y enseguida se os van a ocurrir excepciones, porque yin y
yang no son los nombres de fenómenos o seres concretos, sino 2 tendencias o
fuerzas relativas en constante interacción.
En cada ser o fenómeno las encontramos en diferentes combinaciones y
proporciones, de ahí que no haya dos seres idénticos sobre la Tierra.
Lo que interesa es ver cómo la Macrobiótica aplica el yin y el yang a los
alimentos, porque de esta aplicación surgen recomendaciones sumamente útiles para
equilibrarte y potenciar tu energía.
La macrobiótica recomienda comer en un 90-95% alimentos del reino vegetal, por las siguientes razones:
1. Los vegetales son complementarios con nosotros: pertenecemos al reino
animal, por tanto en nosotros predomina la energía yang, por lo que los alimentos que
nos van a equilibrar son los yin, es decir, los vegetales.
2. El reino vegetal, al estar menos evolucionado, está formado por estructuras
más simples, por tanto la digestión de los alimentos vegetales genera menos residuos
y éstos son más fáciles de eliminar.
3. Basando nuestra alimentación en alimentos de reino animal enfermaremos
tarde o temprano, ya que los seres del reino animal, al estar más evolucionados,
generan más residuos, y éstos son más difíciles de eliminar. Así, con los años iremos
acumulando desechos, que serán los responsables del ensuciamiento y degeneración
de nuestras células, tejidos y órganos. Esto nos lo confirma la información que
tenemos sobre algunos pueblos excepcionalmente sanos y longevos: todos sin
excepción basaban su dieta en alimentos del reino vegetal, siendo siempre la base los
carbohidratos complejos (cereales integrales, legumbres y verduras).
A la hora de seleccionar tus menús cotidianos, la Macrobiótica tiene muy en
cuenta la energía de cada alimento o familia de alimentos, porque eso que comes a
diario va a crear tu estado físico, mental y emocional.
Aunque para un occidental yin y yang son conceptos extraños, son básicos para entender cómo nos afecta lo que comemos: cada alimento capta estas dos vibraciones en diferentes proporciones e intensidades, y al comerlo nos transmite esas energías. Según cuál de las dos energías predomine en los alimentos, se clasifican en tres grandes grupos:
Son alimentos en los que predomina intensamente la energía yin. Por tanto, al
comerlos dispersan nuestra energía, y tienen uno o varios de los siguientes efectos:
refrescar, enfriar, dilatar, hinchar, abrir, relajar, debilitar (cuando se toman a diario y/o
en exceso).
Son alimentos ligeros, que tienen biotropismo hacia la zona superior y hacia la
superficie del cuerpo, es decir, que sus efectos se dejan notar más en los órganos y
tejidos más superficiales, entre ellos la piel, y en la zona del pecho y la cabeza.
Si basamos nuestra alimentación cotidiana en alimentos de extremo yin, o
éstos predominan en nuestros menús, físicamente tenderemos a la debilidad, el frío, la
fatiga y puede que tengamos tendencia a sufrir diarrea y que nos cueste conciliar el
sueño por las noches.
Mental y emocionalmente podemos tener problemas de concentración,
dispersión mental, sensación de aturdimiento, dificultad para concretar nuestras metas
y proyectos, dificultad para organizarnos, sentirnos sobrepasados por los problemas o
sentir que no tenemos coraje para afrontarlos, idealismo excesivo, siempre pensando
en el futuro, tendencia a la melancolía, llanto fácil…
Lista de alimentos de extremo yin, de más extremos a menos:
– drogas y medicamentos
– alcohol
– azúcar, cacao, chocolate, pasteles y dulces en general
– té, café, mate… y otras bebidas estimulantes
– miel de abeja
– especias
– leche y yogur
– tofu
– frutas tropicales
– verduras tropicales
– setas
– hierbas aromáticas
– endulzantes naturales: mieles de cereales, concentrado de manzana,
algarroba, azúcar integral de caña, ágave…
– frutas de clima templado
– cereales y harinas refinada
En ellos predomina intensamente la energía yang, por lo que al comerlos concentran nuestra energía, y tienen uno o varios de los siguientes efectos: calentar, secar, contraer, cerrar, tensar (consumidos a diario), fortalecer (consumidos ocasionalmente en poca cantidad).
Son alimentos densos, con un marcado biotropismo hacia la zona inferior y hacia lo profundo del cuerpo, es decir, que sus efectos se notan más en los órganos y tejidos más internos y en la mitad inferior.
Si basamos nuestra alimentación cotidiana en alimentos de extremo yang, o
éstos predominan en nuestros menús, con el tiempo vamos a acumular tensión y
físicamente podemos tener tendencia al acaloramiento, contracturas, sobrepeso,
insomnio de madrugada (despertarse sobre las 3 de la mañana), estreñimiento,
hipertensión y colesterol elevado.
Mental y emocionalmente pueden surgir conductas controladoras, agresividad,
impaciencia, intolerancia, rigidez, testarudez, siempre querremos tener la razón o
llevar la iniciativa, tenderemos a centrarnos en lo material y a aferrarnos al pasado.
Lista de alimentos de extremo yang, de más extremos a menos:
– sal y condimentos salados (miso, salsa de soja, umeboshi…)
– huevos
– pan y harinas horneadas (galletas, tostadas…)
– aves
– conejo y carne de caza
– carnes rojas y embutidos
– quesos curados y salados.
Puede parecer que por ser centrados no son ni yin ni yang, que son neutros.
En realidad, los alimentos de centro también se pueden clasificar en expansivos y
contractivos, sólo que sus efectos son mucho más suaves que los que los alimentos
extremos.
Son, de yang a yin:
– pescados y mariscos
– cereales integrales en grano
– seitán
– algas
– legumbres
– tempeh
– cereales en forma de sémolas y pastas
– semillas y frutos secos
– verduras de clima templado (4 estaciones)
– aceites vegetales.
Si aspiramos a equilibrarnos a través de lo que comemos, nuestra dieta
debe estar basada en alimentos de centro, con pequeñas cantidades de algunos
alimentos más extremos, que darán variedad y “chispa” a nuestros platos.
Importante: extremo no es sinónimo de malo, simplemente su efecto es más
intenso, y por eso no son alimentos para utilizar en grandes cantidades o a diario. Su
utilidad es complementaria, y no todos deben suprimirse, sino reducir la cantidad
consumida y asegurarse de que sean de alta calidad.
Aprende a crear salud y energía en tu cocina:
Fundé la escuela para tratar de contagiar mi amor por la cocina casera, de toda la vida, hecha al calor y al amor del hogar… porque nuestra moderna sociedad de consumo, en su loca carrera hacia ninguna parte, está perdiendo una de las bases principales de la buena salud: el uso de la llama.
Sin darnos cuenta estamos renunciando al placer y la satisfacción de la comida casera, pretendiendo sustituirla por alimentos sin vida ni energía. Que al contrario de la comida macrobiótica, ni alimentan ni mucho menos potencian nuestra salud.
Son los responsables de buena parte de los trastornos más comunes de nuestra sociedad: sobrepeso, diabetes, hipertensión… y un sinfín de problemas que podrían evitarse volviendo a nuestras raíces, volviendo a usar el fuego para crear calor y VIDA.