Los brotes de judías verdes o judía mungo (frijol mungo), son una excelente fuente de aminoácidos esenciales y son ricos en fibras naturales, siendo útiles para regular el nivel de colesterol en la sangre.

Si quieres conocer más detalles sobre la Judía mungo o también llamada soja verde, quédate hasta el final…
Descripción de la soja verde
Se llama soja verde, frijol mungo o frijol indio a una planta del género Vigna: una fabaceae (una leguminosa) relacionada con los frijoles y la soja.
Es nativa de la península india, pero primero fue domesticada en áreas de Mongolia. Se produce y consume ampliamente en toda Asia, pero también se cultiva en los Estados Unidos y algunos países mediterráneos.
Es un ingrediente fundamental para muchas cocinas orientales y los tipos de alimentos que se derivan de él son numerosos: salsas, sopas, cremas, harinas, pastas, dulces y postres, leches y helados y germenes.
Estos últimos forman parte de la cultura gastronómica de China y estados vecinos desde la antigüedad: fritos, en sopa, en ensalada y en una infinita variedad de platos.
Composición de soja verde o judía mungo
Los brotes de judías verdes son una excelente fuente de aminoácidos esenciales, minerales como calcio, hierro, cobre, manganeso, zinc y potasio, varias vitaminas, especialmente B6, pero también C, K, E y casi todo el espectro del grupo B.
En muchas cocinas asiáticas donde se consume poca carne, son una fuente perfecta de proteínas. También es importante el aporte de isoflavonas y lecitina.
Propiedades y beneficios de la soja verde
Hablamos de un germinado muy rico en fibra dietética y por tanto útil para mantener bajo control el llamado colesterol “malo”, por lo que su consumo regular es importante para mantener una buena salud del sistema cardiovascular.
También cabe destacar, una moderada acción beneficiosa en caso de diabetes, como reguladores de la insulina.
El hierro contenido en la Judía mungo o también llamada soja verde, es de gran apoyo en casos de anemia. Además, la lecitina ayuda al hígado, y el zinc y numerosas vitaminas fortalecen la piel, el cabello y las uñas.
Por otro lado, las isoflavonas tienen una acción comparable a la de los estrógenos y, por tanto, son útiles para aliviar las molestias provocadas por la menopausia.
Más nutrientes en los brotes de judías verdes
El «frijol mungo» es fácil de digerir y ligero. Sus germinados contienen muchas vitaminas, minerales, proteínas, aminoácidos esenciales y enzimas importantes para la digestión.
Las propiedades nutricionales de la soja verde aumentan cuando brotan, porque producen enzimas que son esenciales para el metabolismo.
En este caso, el proceso de brotación ocurre de forma natural, cuando las semillas están en contacto con agua o en un ambiente húmedo.
Características organolépticas y usos de los brotes de soja verde
Cuando se cultivan con poca luz, son muy acuosas y refrescantes. Son crujientes, delicadas y versátiles, tanto que se prestan a diferentes tipos de recetas: condimentados, al vapor, fritos, en sopas, jugos o incluso en postres bastante complejos.
Brotando secretos
El proceso de brotación comienza con la soja verde seca, la cual debe dejarse por lo menos 12 horas en agua a temperatura ambiente, para ser cambiada de 3 a 5 veces al día.
Así comienza una segunda fase del procedimiento: las semillas se escurren y se ponen en un brotador, o necesitan un tiempo de brotación que es entre 48 y 62 horas en la oscuridad.
El método que mejor se adapta a estas semillas es el llamado germinado en bandejas, debido a la gran necesidad de agua de estos germinados.
Generalmente, los folíolos aparecen cuando los brotes alcanzan los 3 o 4 centímetros, siendo esta la mejor época para su recolección y consumo.
Cultivarlos en la oscuridad les ayuda a mantener un sabor fresco, mientras que la luz hace que produzcan celulosa y pierdan agua.
La soja verde está fácilmente disponible en tiendas de comida asiática o tiendas veganas, pero últimamente también se puede encontrar en farmacias y tiendas naturistas online.
Más allá de mi formación y estudios, lo que más valoro son los 20 años que llevo practicando lo que enseño, alimentándome y viviendo según los principios macrobióticos. La experiencia derivada de ese recorrido de 20 años dando clases y consultas, sumada a mi compromiso constante con la alimentación sana, es mi receta para el bienestar, y disfruto compartiéndola.
A través de los cursos y charlas que ofrezco en mi escuela transmito ese legado, iniciando a otras personas en el camino de la salud y la conciencia a través de la alimentación.