Depuración Profunda

Reproducir vídeo
€ 180

Cómo depurar el hígado

Muy feliz de poder contaros todos los secretos y las claves de cómo podéis limpiar y depurar vuestro hígado, para manteneros siempre joven y en forma. Esta depuración consta de 2 partes. Primero la Limpieza hepática (la siguiente guía gratuita) y después la Depuración hepática (Curso de pago a un precio increíble).

El curso consta de 7 clases teóricas y 17 recetas. Divididas en desayunos, verduras, cereales integrales, proteínas vegetales y aliños.

¿Limpiar el hígado en 3 días?

Las grandes obras no se realizan en unos días o unas pocas semanas, sino que requieren meses, a veces años… Con el hígado es igual: Un problema o enfermedad hepática que ha tardado años en gestarse no podemos solucionarla, por ejemplo, en un par de semanas.

En general, cuando el hígado no funciona bien se debe a malos hábitos de alimentación y estilo de vida mantenidos durante muchos años. El propio sentido común nos dice que no vamos a cambiar nuestros hábitos de toda una vida en un par de semanas… ¿o sí?… ¡seamos realistas!

No puedo decirte cómo depurar el hígado rápidamente porque te estaría mintiendo, no existe ninguna forma para desintoxicar el hígado rápidamente. Cualquiera que te venda jugos para desintoxicar el hígado en 3 días te está engañando y solo quiere tu dinero. Lo que sí puedo hacer es decirte cómo depurar el hígado de forma natural.

Así que si has entrado buscando cómo desintoxicar el hígado de alcohol después de 20 años siendo indulgente con la cerveza, siento decepcionarte, pero no puedo ayudarte. En caso contrario, si tienes voluntad para realizar una limpieza hepática casera a fondo y con paciencia, sigue leyendo.

Limpieza de hígado

¿Todavía sigues aquí? ¡Bien!

Te doy la bienvenida entonces a esta mega guía para depurar el hígado. Primero vamos a aprender sobre las funciones que tiene este órgano tan importante y cómo trabaja en los procesos metabólicos.

Después te planteamos una dieta preparatoria, de diciembre a marzo sería lo ideal. Debes seguirla mínimo estos 2 o 3 meses (te ayudará a preparar el posterior proceso de depuración del hígado en verano). Finalmente y lo más importante, la dieta para la limpieza hepática.

¿Dónde está el hígado y qué funciones tiene?

El hígado es el órgano interno más grande de nuestro cuerpo en cuanto a peso. En un adulto sano el hígado mide una media de 26 cm de ancho, 15 cm de alto y 8 cm de espesor a nivel del lóbulo derecho. Pesa entre 1,3 y 1,5 kilos. Está situado debajo del diafragma y recorre la cavidad abdominal longitudinalmente.

Una de las funciones más importantes del hígado es limpiar la sangre de desechos y eliminar toxinas. Toxinas tanto endógenas (producidas por el propio cuerpo) como exógenas (procedentes del exterior: aditivos químicos de los alimentos, contaminantes ambientales, etc). También tiene la función de metabolizar nutrientes y producir sustancias necesarias para el cuerpo, como la bilirrubina, la proteína de la coagulación sanguínea y la vitamina D, además ayuda en la digestión al producir y secretar bilis y almacena energía en forma de glucógeno para convertirla en glucosa y emplearla cuando es necesario.

Un hígado sano y una sangre limpia son garantía de salud. Si no se cuida, el hígado se vuelve propenso a enfermedades como la hepatitis y la cirrosis, que pueden causar daño irreversible si no se tratan a tiempo. Por lo tanto, es importante cuidar nuestro hígado a través de una dieta saludable. Si lo hace, tus tejidos y órganos funcionarán correctamente y eliminarán las sustancias tóxicas del cuerpo de forma natural. 

¡Por eso esta guía es tan importante! Seguimos.

¿Cómo limpia el hígado la sangre?

Cómo hemos comentado antes cumple 3 funciones vitales:

1º Filtrado de la sangre​

El hígado filtra más de 1 litro de sangre por minuto. Limpiándola de bacterias, residuos y endotoxinas (toxinas producidas por el propio cuerpo, como por ejemplo inmunocomplejos, hormonas, etc). En condiciones óptimas, el hígado puede llegar a eliminar hasta el 99% de las toxinas.

2º Síntesis de bilis​

El hígado fabrica más de 1 litro de bilis al día. La bilis atrapa el colesterol, algunos subproductos de la hemoglobina y el calcio sobrante para después transportarlos hasta el intestino.

La bilis es atrapada por la fibra allí presente y excretada, vía heces, fuera del cuerpo. Una dieta pobre en fibra favorece la reabsorción intestinal de la bilis, que pasa de nuevo a la sangre, contaminándola con los desechos que transportaba (entre ellos, el colesterol). Por eso para mantener el organismo limpio es esencial que nuestra dieta diaria sea rica en fibra. La bilis, con los desechos que transporta, es capturada por la fibra y expulsada del cuerpo vía heces.

3º Proceso enzimático de desintoxicación​

Es un conjunto de procesos en los que el hígado combina las toxinas con diversas enzimas (fabricadas por él mismo) o con determinados nutrientes, neutralizándolas y transformándolas para que puedan ser eliminadas a través de la orina. Este proceso enzimático consta de 2 fases:

Fase I: Citocromo P450. La mayoría de las toxinas se caracterizan por ser liposolubles (solubles en grasa), por lo que no pueden ser eliminadas a través de la orina. En esta fase el hígado trata de transformar las toxinas liposolubles en hidrosolubles (solubles en agua). Para ello las combina con un grupo de 50 a 100 enzimas que fabrica él mismo. Si no logra esa transformación, intenta convertirlas en formas químicas más fáciles de metabolizar por la fase II. Algunas de las toxinas que el hígado trata de eliminar en esta fase son cafeína, histamina, hormonas, benzopireno (un carcinógeno que se genera al asar la carne con carbón), anilinas (colorantes amarillos), insecticidas y ácido araquidónico (un residuo de las grasas poliinsaturadas omega 6). En los procesos del citocromo P450 se generan radicales libres, moléculas muy reactivas que dañan al propio hígado, especialmente si el cuerpo está muy intoxicado o hay carencia de los antioxidantes necesarios para neutralizar los radicales libres. Algunos de los antioxidantes que protegen al hígado en esta fase y facilitan su trabajo de desintoxicación son: Magnesio, Selenio, Zinc, Vitaminas C, B3, B2, B6; glutatión, metionina y cisteína. Más abajo te ofrecemos una lista de alimentos y/o suplementos que aportan estos antioxidantes.

Fase II: Conjugación. En esta fase, el hígado genera compuestos que se unen a las toxinas, neutralizándolas o favoreciendo su eliminación vía orina o bilis. En la fase II el hígado trata de eliminar, entre otros, los siguientes tóxicos: paracetamol, nicotina, organofosforados, insecticidas, carcinógenos, metales pesados, colorantes de anilina, anticoagulantes, sulfitos, aspirina, estrógenos, dopamina (neurotransmisor), epinefrina (hormona suprarrenal), histamina, algunos fármacos contra el cáncer, sulfamidas (antibióticos), morfina… Para asegurar el correcto funcionamiento de la fase II se necesita tener asegurada la producción o el aporte a través de la alimentación o suplementación, de los siguientes nutrientes: Glutatión, metionina, cisteína, taurina, aminoácidos de calidad, colina, Vitaminas C, B5, B6, B9 (ácido fólico) y B12, selenio y molibdeno. Hasta aquí la parte más técnica de este artículo, necesaria para entender cómo trabaja el hígado y qué nutrientes le ayudan en su labor.

¿Qué es el hígado graso y sus consecuencias?

Todo el proceso anterior se ve dificultado cuando el hígado está enfermo y sucio. Si te estás preguntando si el hígado graso es grave o qué relación existe entre el hígado graso y la grasa abdominal, sigue leyendo.

El hígado graso es una afección en la cual se acumula una cantidad excesiva de grasa en el hígado. Puede ser causado por una variedad de factores, incluyendo una dieta rica en grasas y carbohidratos, obesidad, consumo excesivo de alcohol y ciertas enfermedades crónicas como la diabetes.

No suele causar síntomas en sus primeras etapas, pero a medida que progresa puede causar fatiga, dolor abdominal y sensación de plenitud. Si no se trata, puede progresar a una condición más grave llamada esteatohepatitis no alcohólica (NASH), que puede causar inflamación y cicatrices permanentes en el hígado.

Sin tratamiento, el hígado graso puede progresar a esteatohepatitis no alcohólica (NASH) y luego a cirrosis, lo que puede llevar a un fallo hepático y ser potencialmente mortal. También se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.

Por lo tanto es importante detectar y aplicar tratamiento para el hígado graso tempranamente mediante una dieta saludable, ejercicio regular, reducción del consumo de alcohol y tratamiento médico si es necesario. En casos avanzados, incluso puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

Cómo limpiar un hígado graso

Probablemente a estas alturas ya te estés preguntando cuál es la mejor dieta para limpiar el hígado y adelgazar y seas más que consciente sobre la necesidad de depurarlo naturalmente. Además seguro que ya has visto extrañas dietas que aseguran depurar el hígado en tiempo récord y te estarás preguntando cuáles son los alimentos prohibidos y los beneficiosos.

¡No te preocupes! Vamos a entrar en detalle y más adelante te proporcionaremos una lista detallada de alimentos para depurar el hígado.

Curar hígado graso

El primer paso es un cambio dietético para preparar el hígado y todo el sistema digestivo para la posterior depuración y para sustituir nuestros malos hábitos por otros más sanos. En realidad, es una dieta sana y equilibrada que todo el mundo debería tener como referencia para prevenir enfermedades. No se trata de una dieta depurativa de 1 semana, si no de un conjunto de cambios que te permitirán cambiar para siempre tu salud hepática y en general la funcionalidad de todo tu sistema digestivo.

¿Cómo curar hígado graso alcohólico?

La dieta de preparación también va a servirte si has sido más indulgente de lo que deberías con el alcohol, y supone el punto de partida para ir preparando al hígado para el posterior proceso de depuración que tendrá lugar en primavera.

Nuestra propuesta es que prepares primero el terreno desde el mes de diciembre, al menos 2 o 3 meses. Seguiremos la dieta preparatoria para después pasar a la Depuración hepática en primavera y completar el ciclo anual de desintoxicación hepática.

¿Depuración en Primavera?

La primavera es el momento ideal para hacer una limpieza profunda de nuestro cuerpo, liberándolo de toxinas y grasas sobrantes. ¿Por qué en primavera? Porque con la llegada de esta estación el hígado, como todo lo que está vivo en el mundo animal y vegetal, despierta del letargo invernal. Gracias al incremento de horas de luz diurna, se activa, aumentando la intensidad y eficacia de sus funciones.

Depurar hígado dieta

Para limpiar el hígado, ¿qué es bueno?, ¿qué tengo que comer en la limpieza hepática?

Vamos a dar respuesta a estas preguntas en forma de listados de alimentos para que puedas confeccionar por tu cuenta tu propio menú para hígado graso acorde a la zona donde vivas y tus preferencias alimentarias.

Alimentos limpieza hígado

Hay ciertos alimentos para depurar el hígado que funcionan como reguladores del equilibrio natural dentro de nuestro organismo y que liberan a este órgano de realizar un trabajo extra depurando toxinas de más y sobrecargándolo.

La idea que hay detrás de una dieta depurativa a nivel hepático no es comprar infusiones exóticas en el herbolario ni recurrir a métodos extraños destinados a sacarte el dinero del bolsillo, sino simple y llanamente darle un respiro a tu hígado escogiendo alimentos de procesado sencillo y restringiendo la ingesta de otros que hagan que el hígado tenga que esforzarse de más.

Alimentos prohibidos para el hígado

Se pueden dividir en los siguientes dos grupos:

Alimentos que sobrecargan y tensan

Son alimentos que contraen, tensan y calientan el cuerpo. Cuando están en exceso en la dieta pueden sobrecargar o bloquear el hígado, que lo que necesita es relajarse y descargarse para poder realizar su trabajo.

1. Sal refinada: cambiar a sal marina sin refinar, y usar con moderación, siempre en cocciones, no en crudo directamente sobre el alimento.

2. Carnes rojas y embutidos: por el exceso de grasas saturadas, ácido úrico, sal y aditivos que contienen. Evitar carnes tipo: ternera, cerdo, cordero… dan mucho trabajo al hígado y pueden colapsarlo y atascarlo con grasa. Tampoco embutidos y salchichería: jamón, chorizo, salchichón, morcilla, sobrasada…

3. Lácteos de todo tipo: leche, nata, mantequilla, yogures y quesos. Contienen un exceso de grasas saturadas que sobrecargan y entorpecen la función hepática. Además, las caseínas, proteínas de la leche, son muy difíciles de digerir y asimilar, contribuyendo a esa sobrecarga.

4. Harinas horneadas: pan, pizzas, tostas, crackers, galletas, bizcochos y todo tipo de harinas horneadas. Especialmente si son comerciales, sobrecargan el hígado, precisamente por estar hechos al horno.

Un estilo de cocción que genera una energía densa, estática y de contracción profunda, justo lo contrario de lo que el hígado necesita para funcionar bien. Yo les llamo la “tapadera” del hígado, porque a nivel energético es como taponar este órgano, ahogándolo.

Alimentos que lo debilitan

Son alimentos que dilatan, inflaman, debilitan y enfrían el cuerpo, afectando directamente al hígado. Muchos de ellos (como el alcohol, café, tabaco o azúcar) son calorías vacías, no alimentan pero intoxican, con lo que dan trabajo al hígado, cansándolo y debilitándolo.

1. Estimulantes y tóxicos: Café, té, cacao, tabaco y alcohol.

2. Endulzantes refinados y artificiales: Azúcar refinado, miel comercial, fructosa, endulzantes sustitutos como sacarina, siropes, chocolate, pasteles, helados, bollería, chucherías, caramelos, barritas energéticas, postres comerciales, cereales para el desayuno…

3. Bebidas comerciales artificales: Refrescos y zumos comerciales, bebidas isotónicas, bebidas estimulantes…

4. Aperitivos y snacks fritos y salados: Patatas chips, palomitas de maíz, cortezas de cerdo, ganchitos, snacks y fritos comerciales…

5. Frutos secos comerciales: Frutos secos industriales, tostados y salados.

6. Cereales refinados: Pan blanco, arroz blanco, pasta blanca, cuscús blanco…

7. Lácteos blandos: Leche, yogur, cuajada, requesón.

8. Aceites refinados.

9. Fritos y rebozados en aceite refinado y/o reutilizado muchas veces (freidoras).

Alimentos buenos para el hígado

Pescado y marisco: el pescado (sobre todo el azul) contiene aceite esencial omega 3. Necesario y beneficioso para la mucosa intestinal y el sistema inmunitario. Es la proteína animal más saludable, por lo que recomendamos priorizar su consumo frente a carnes rojas o huevos.

Pero ojo: actualmente, debido a la contaminación de los mares, el pescado más grande, situado al final de la cadena alimenticia, acumula cantidades importantes de mercurio. Por lo que debemos priorizar el consumo de pescados de pequeño tamaño.

Huevos: con moderación, no más de 2 al día. El huevo es interesante por contener muchos de los nutrientes que el hígado necesita en las fases de desintoxicación antes mencionadas. Como el selenio, zinc, cisteína, metionina y todos los aminoácidos esenciales, etc. Mejor hervidos, porque el huevo es rico en grasas saturadas y colesterol, por lo que consumido en exceso puede sobrecargar el hígado.

Carnes blancas: se pueden tomar pequeñas cantidades de carne biológica de buena calidad. Una media de 1 o 2 veces por semana, alternando con las demás proteínas. Los embutidos no se aconsejan, salvo un poco de jamón serrano de buena calidad de vez en cuando.

Cereales integrales: Pasta integral, arroz integral (redondo, largo, basmati, salvaje…), mijo, quinoa, trigo sarraceno, maíz (polenta), cuscús, bulgur y todo tipo de pastas integrales (espagueti, tallarines, fideos, macarrones…). Pan integral de calidad máximo 2 veces por semana. Los cereales integrales nos aportan glucosa estable durante horas, sin altibajos.

Legumbres: Lentejas, garbanzos, alubias, judías azuki, todo tipo de frijoles… las legumbres son una excelente fuente de proteínas de origen vegetal, ricas en fibra y pobres en grasas.

Proteínas vegetales: Tofu (pero cocinado, no crudo), seitán y tempeh. Son derivados vegetales ricos en proteínas, sin apenas grasas.

Verduras verdes y de hoja a diario: Aportan calcio, fibra, agua, vitamina C y toda la energía de movimiento y frescura de las hojas, además de mejorar el funcionamiento del hígado. Las de sabor ligeramente amargo, como lechugas y endibias, rúcula, alcachofas, cames rotges o diente de león, son especialmente recomendables. En general: Lechugas de todo tipo, col verde, apio, perejil, parte verde de puerro y cebolleta, berros, canónigos, brócoli, judías verdes, coles de Bruselas, hojas de los nabos y rabanitos en sopas y caldos…

Verduras redondas: Calabaza, col, coliflor, coles de Bruselas, cebolla, colinabo, brócoli, bola de apio… todas estas verduras nos ayudan a estabilizar nuestros niveles de glucosa, pues con su energía de centro y su aporte de carbohidratos complejos equilibran el estómago, bazo y páncreas.

Verduras de raíz: Zanahorias, nabos, rabanitos, chirivías, boniatos… aportan fibra, que sacia. Refuerzan la función del intestino, limpiándolo y contribuyendo a una eliminación eficiente, punto clave de un organismo sano.

Aceites: Pequeñas cantidades de aceites de cultivo biológico y de primera presión en frío: oliva, girasol, sésamo, lino, germen de trigo. El aceite es, junto con la sal, uno de los pilares de una alimentación sana. Aporta ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6. Estos nutrientes no pueden ser producidos por nuestro cuerpo. Deben ser aportados a través de la alimentación y las fuentes principales son las semillas (sésamo, girasol, calabaza…), los aceites (de sésamo, oliva, girasol…) y los frutos secos.

Pero el problema es que en la alimentación moderna se consumen mayoritariamente aceites refinados (por ser más baratos), y frutos secos tostados y salados. Debido a los procesos de refinado y tueste los ácidos grasos que contienen se modifican. Volviéndose tóxicos para el hígado: de nutrientes esenciales y vitales pasan a ser peligrosos y, en algunos casos como los fritos, cancerígenos.

Semillas y frutos secos: Semillas de sésamo y calabaza, pipas de girasol, frutos secos como almendras, avellanas, piñones o nueces, así como el tahín (mantequilla de sésamo). Pueden tomarse en pequeñas cantidades para acompañar desayunos, ensaladas, postres… siempre con moderación y de alta calidad, sin tostar o ligeramente tostados en sartén, no en horno.

Condimentos: Se pueden utilizar a diario, pequeñas cantidades de los siguientes condimentos: Sal marina, pasta umeboshi, zumo de limón, vinagre de umeboshi, pequeños toques de especias suaves como comino, ajo, jengibre, cúrcuma (antiinflamatoria) o cilantro. Hierbas como orégano o albahaca. Evitar especias y picantes fuertes como pimienta o pimentón picante, guindilla y tabasco, así como los vinagres que no sean de umeboshi, de arroz o de manzana.

La pasta de umeboshi es muy aconsejable, ya que tiene efectos antibióticos y alcalinizantes, por lo que favorece el buen estado de la flora bacteriana intestinal, aligerando trabajo al hígado.

Agua mineral o agua filtrada: Para evitar cloro, plomo y demás sustancias nocivas del agua corriente del grifo, recomendamos usar agua de calidad para beber y cocinar.

Meriendas y tentempiés: Dado lo limitado de la dieta se puede echar mano de las tortitas de arroz o crackers biológicos de calidad, acompañados de lechuga y algún paté natural o aguacate (ver recetas), o incluso bonito o sardinas en lata.

Ojo: no consumir las tortitas de arroz solas porque pueden elevar el nivel de glucosa en sangre. Para evitarlo, consumirlas siempre acompañadas de algún tipo de proteína (tahín, tofu, jamón serrano, hummus…).

Limpieza de hígado y vesícula

¿Has terminado ya la dieta de preparación? ¡Es el momento entonces para el Curso completo de Depuración del Hígado! Felicidades.

El curso incluye una dieta que tiene como objetivo descargar y limpiar el hígado de los excesos del invierno. Se debe seguir la dieta entre 3 y 8 semanas, dependiendo de tu grado de toxemia y de cómo esté tu hígado. Lo ideal es iniciarla durante las tres primeras semanas del mes de marzo, justo antes de la entrada oficial de la primavera, pero cualquier momento de la primavera es bueno para hacerla.

El curso para hacer la depuración hepática es parecido a la Dieta Preparatoria descrita antes, con 2 diferencias clave:

1. Los alimentos a evitar deben eliminarse completamente de la dieta durante el tiempo que dure la depuración.

2. De la lista de alimentos permitidos deberíamos eliminar todos los alimentos de origen animal, excepto el pescado.

Ahora si ya has realizado la limpieza de tu hígado, puedes avanzar y comprar el Curso Depurar el Hígado.

Opiniones

Reviews

Otros
cursos

Escuela Macrobiótica Mediterránea