Los carbohidratos son imprescindibles

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Contenidos del artículo

Eliminar los carbohidratos de la dieta es un error!

¿Por qué?: 

PORQUE LA GLUCOSA QUE CONTIENEN ES TU COMBUSTIBLE BÁSICO:

  •  EL NIVEL DE GLUCOSA o AZÚCAR EN SANGRE ES UNA CONSTANTE VITAL BÁSICA QUE DETERMINA TU NIVEL DE ENERGÍA, FUERZA, RESISTENCIA Y BUEN HUMOR.

  •  EL NIVEL DE GLUCOSA o LA CONCENTRACIÓN DE AZÚCAR EN LA SANGRE DEPENDE DIRECTAMENTE DE LO QUE COMES.

  • LA CAPACIDAD DE TU CUERPO DE ALMACENAR GLUCOSA ES MUY LIMITADA:TAN SÓLO DISPONE DE DOS PEQUEÑAS RESERVAS, UNA EN EL HÍGADO Y LA OTRA EN LOS MÚSCULOS. LA DEL HÍGADO LA USA EL CUERPO ENTRE COMIDAS O DURANTE LAS HORAS NOCTURNAS, CUANDO PASAMOS MUCHAS HORAS SIN COMER. LA RESERVA MUSCULAR ES PARA USO EXCLUSIVO DE NUESTROS MÚSCULOS. NINGUNA DE LAS DOS PASA NORMALMENTE DE LOS 200 GRAMOS, SI BIEN EN DEPORTISTAS DE ÉLITE LA MUSCULAR PUEDE LLEGAR A LOS 500 GRAMOS.

En definitiva: tu gasolina es la glucosa, y no puedes almacenarla. Por eso, si no comes A DIARIO alimentos que sean buenas fuentes de glucosa, puedes tener problemas de peso, cansancio, baja energía, depresión, altibajos emocionales…

Nuestra “gasolina”, o el combustible que nuestro cuerpo “quema” para producir la energía necesaria para el funcionamiento de músculos y cerebro, es la glucosa, conocida popularmente como el “azúcar” en la sangre.
El nivel o concentración de azúcar en sangre, como la temperatura o la presión sanguínea, es una constante vital. ¿Y eso que significa?… sencillamente, es un valor que debe mantenerse más o menos constante para que haya vida, es decir, para que el organismo funcione correctamente. Si baja demasiado (por debajo de 70 miligramos por decilitro de sangre) tendremos una hipoglucemia, comúnmente conocida como “bajón de azúcar” o “pájara”. Si sube en exceso (por encima de 150 miligramos por decilitro de sangre) tendremos una hiperglucemia, comúnmente conocida como “subida de azúcar”. Ambas situaciones son peligrosas, y si no se solucionan con rapidez pueden llevar a la muerte.
Como la cantidad de glucosa que nuestro cuerpo es capaz de almacenar es muy limitada, debemos asegurarnos un suministro regular y continuo a través de lo que comemos.
De manera que, contrariamente a la extendida creencia de que hay que limitar los carbohidratos de la dieta porque “engordan”, una alimentación sana debe tener como base principal los alimentos ricos en azúcares, que son todos los de origen vegetal: frutas, verduras y, los grandes olvidados, los cereales integrales. Estamos hablando de alimentos naturales e integrales, no de refinados (como el arroz blanco, la harina blanca o el pan blanco), ni de productos químicos obtenidos a través de procesos industriales, como es el azúcar blanco.
Con toda la intención, no he mencionado para nada los cereales refinados ni el azúcar blanco… ¡esos carbohidratos sí que engordan!

Pero ¿qué diferencia hay entre los diferentes tipos de alimentos ricos en carbohidratos?:

Para entenderlo, primero hay que saber qué es un carbohidrato:
Un carbohidrato es un alimento de reserva que fabrican las plantas y lo almacenan en sus hojas, raíces, semillas, tallos… las plantas pueden fabricar glucosa, combinando el gas carbónico de la atmósfera con agua del suelo, en presencia de luz solar y clorofila. Las plantas son los únicos seres vivos del planeta capaces de transformar la luz solar en alimento, por lo que toda la vida en el planeta depende de ellas. La fórmula mágica de la vida es:
CO2                            +                H2O           →              C6H12O6        +      O2
Gas carbónico           +             agua             →              carbohidrato  +   oxígeno
¡Fascinante!… una humilde planta puede fabricar, a partir de la luz solar, el CO2 y el agua, los dos combustibles básicos que necesita cualquier ser vivo: glucosa y oxígeno.
Por cierto, aunque la glucosa es el carbohidrato más abundante y conocido, no es el único. Hay otros como la fructosa (presente en las frutas), maltosa (en lo cereales) y galactosa (en la leche), pero todos tienen una estructura muy parecida.
Sabiendo lo que es un carbohidrato, podemos entender ahora la diferencia entre integral y refinado:
1) ALIMENTOS RICOS EN CARBOHIDRATOS INTEGRALES O COMPLETOS: arroz integral, pasta integral, pan integral, quinoa, mijo, maíz, avena, centeno, cebada, castañas secas, legumbres.
Los azúcares o carbohidratos que contienen estos alimentos están organizados en cadenas largas de miles de moléculas de glucosa unidas entre sí por enlaces.
Debido a esta estructura, la glucosa de los alimentos integrales no está disponible en grandes cantidades inmediatamente después de comerlos: el proceso digestivo va rompiendo los enlaces de estas cadenas, liberando gradualmente moléculas simples de glucosa que pueden ser absorbidas por el intestino, pasando a la sangre y, de allí, a todas las células del cuerpo. Esto asegura un aporte constante y sin altibajos de glucosa a la sangre a lo largo de las 3, 4 e incluso 5 horas posteriores a su ingestión, lo que nos permite funcionar sin sentir ese cansancio o “bajón” de energía típico de media mañana o media tarde, que inevitablemente nos lleva a picar entre horas.
Por eso, es imposible que un alimento integral engorde… porque se consume lentamente a lo largo de las horas siguientes a su ingestión, sin que queden excedentes que el cuerpo pueda convertir en grasa.
Es más, en realidad los alimentos integrales favorecen la pérdida de peso, porque sacian y nos permiten mantener una actividad física e intelectual prolongada sin sentir hambre.
2) ALIMENTOS RICOS EN CARBOHIDRATOS REFINADOS O SIMPLES:  arroz blanco, pasta blanca, pan blanco, pizza, miel, patatas, azúcar blanco, pastelería, bollería, dulces, zumos o refrescos comerciales y chocolate.
En los alimentos refinados, las largas cadenas de moléculas de glucosa se han acortado considerablemente debido al proceso de refinado.
En el azúcar refinado o blanco, presente en multitud de alimentos (dulces de todo tipo, pastelería y bollería industrial, chocolate, chucherías, conservas, pan de molde, refrescos, helados, yogures, natillas y postres comerciales, vino, cava…), la cadena es sólo de dos moléculas, lo que da lugar a un disacárido o carbohidrato simple denominado sacarosa, que no se encuentra en la naturaleza. Por eso, el azúcar blanco es en realidad un producto químico, no un alimento.
Como es lógico, al ser cadenas muy cortas el sistema digestivo rompe los enlaces rápidamente, provocando una elevación brusca del nivel de azúcar sanguíneo en la hora, e incluso en la media hora, posterior a la ingestión de alimentos como arroz blanco, pasta blanca, pan blanco, pizza, miel, patatas, azúcar blanco, pastelería, bollería, dulces, zumos o refrescos comerciales y chocolate.
Como el nivel de azúcar no puede elevarse por encima de ciertos límites, nuestro cuerpo enseguida reacciona para bajarlo, obligando al páncreas a segregar insulina para quemar inmediatamente toda la glucosa posible y retirar el excedente que no ha podido ser quemado, excedente que el hígado transforma en grasa. Así es como engorda el azúcar refinado.
Funcionar a base de alimentos refinados desequilibra nuestro cuerpo, provocando hiperactividad, déficit de atención, dificultades de concentración, cansancio, baja energía, sobrepeso, hipoglucemia, candidiasis, mala absorción, diabetes y desequilibrando o debilitando los sistemas nervioso e inmunitario.
Las patatas, la miel, algunas frutas e incluso verduras como la remolacha, también contienen este tipo de disacárido. Evidentemente, estos alimentos no son el resultado de un proceso de refinado.
Imagino que muchos lectores quedarán sorprendidos de que la fruta esté incluida en esta categoría, dado que siempre ha sido un alimento considerado sano y equilibrado.
Comer fruta, que es un alimento natural, es obviamente mucho mejor que comer un dulce rico en azúcar refinado. Entre otras cosas, porque la fruta no aporta glucosa sino fructosa, que no eleva bruscamente el nivel de glucosa sanguínea (precisamente porque no es glucosa, sino fructosa), y no necesita insulina para ser utilizada por el cuerpo, por eso es tolerada por los diabéticos. Sin embargo, debido a que sus azúcares se liberan muy rápidamente en la sangre, la fruta no es una fuente estable de energía. Cualquiera sabe que si hace una comida a base de fruta aguantará máximo una hora, pero luego volverá a sentir hambre.
Además, la fruta es de temporada: se debe comer cuando madura y recién recolectada, no se puede almacenar, ya que se echa a perder. Por eso, muchos productores la recolectan cuando aún no está madura, para que llegue al consumidor en buen estado. Pero esta práctica reduce drásticamente el contenido vitamínico y mineral de la fruta, convirtiéndola en un alimento inerte, sin sabor ni olor, que apenas nutre.

Alimentos

2 Comentarios


Loles
13 diciembre, 2015 at 9:57 pm
Responder

Rosa tengo tres pregusntas para ti.

-qué opinas del doctor Seignalet y de la dieta que recomienda?

-¿crees que la celiaquía es genética?

-La alcachofa es una solenacea? ¿No la recomiendas?

Muchas gracias por dedicar tu precioso tiempo para compartir toda la información con todos nosotros. ¡Gracias, gracias!!


    Rosa
    3 febrero, 2016 at 7:08 pm
    Responder

    Hola Loles,
    La dieta de Seignalet me parece desequilibrada: es el típico ejemplo de cómo con un enfoque exclusivamente científico, y por tanto reduccionista, se cometen errores garrafales desde el punto de vista energético. Entiendo que este señor trabajaba con pacientes que tenían enfermedades auto-inmunes, y por tanto buscaba eliminar todo aquello que pudiese potenciarlas, pero su recomendación de comer un 70% o más de la dieta en crudo (incluida carne cruda!), me parece un grave error desde el punto de vista de la antigua medicina china, pues lo crudo, consumido en grandes cantidades y de forma cotidiana, enfría y debilita el fuego digestivo, pudiendo ocasionar a la larga debilidad digestiva, acidez, gases y dilatación intestinal, y también debilidad urinaria y general.
    Otro inconveniente de su sistema es que recomienda consumir alimentos densos de origen animal como base de la dieta: carnes, embutidos, huevos, incluso foie-gras!… estos alimentos, ricos en grasas saturadas, producen con el tiempo problemas de acumulación y enferman el hígado, los riñones y el sistema circulatorio, además de que provocan inflamación crónica de las mucosas digestivas (las grasas saturadas son pro-inflamatorias)
    Recomienda reducir la mayoría de los cereales, cuando son una excelente fuente de glucosa de liberación lenta, que proporcionan energía estable, sin altibajos, y por tanto una gran estabilidad. En cambio, admite la miel (un disacárido de liberación rápida que puede producir elevaciones bruscas de la glucosa sanguínea), el café, té, cacao… todos ellos irritantes para el tubo digestivo y estimulantes que a la larga dañan el sistema nervioso, por no hablar de su efecto descalcificante y roba-minerales.
    Claro, esta alimentación después debe complementarse con gran cantidad de probióticos y suplementos que compensen el mal estado de los intestinos y el desequilibrio nutricional, pero ¿no sería más sencillo consumir una dieta más equilibrada y sensata, basada en el mundo vegetal y el uso inteligente de la llama?… en mi humilde opinión, la respuesta es sí.
    La celiaquía no es genética, es el resultado de un intestino crónicamente sucio e inflamado, y de consumir azúcar, café y trigos refinados, así como de toda la química presente en los cultivos y alimentos modernos.
    La alcachofa no es solanácea y se puede incluir en los menús con toda tranquilidad.
    Saludos!

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