La Alimentación macrobiótica se basa en las enseñanzas de la antigua Medicina China, en concreto en su estudio de las energías.
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Soy la fundadora y directora de la Escuela de Cocina Macrobiótica que lleva mi nombre, donde cocina y salud van de la mano. Soy profesora y consultora de Macrobiótica con 20 años de trayectoria.
Me he formado en escuelas de reconocido prestigio en los ámbitos nacional e internacional. Tales como el Instituto Macrobiótico de España (IME), The Kushi Institute of Europe de Amsterdam, el centro Cuisine et Santé de Francia y la escuela de Cocina Energética Montse Bradford de Barcelona, entre otras.
Tu cuerpo recibe todos los nutrientes que necesita en las proporciones ideales, y responde con una clara sensación de vitalidad.
Un cuerpo limpio es un cuerpo sano y feliz: La ración de verduras frescas diaria garantiza la eficaz eliminación de los desechos, aligerando y depurando tu organismo.
El cereal integral a diario te aporta glucosa regular y constante: Es estupendo sentir que dispones de energía estable toda la jornada para afrontar cualquier reto!
Las sopas y caldos macrobióticos garantizan el pH alcalino natural de tu organismo, necesario para optimizar la salud de tus células, tejidos y órganos.
La macrobiótica te enseña a elegir los alimentos y estilos de cocción en función de su energía, ayudándote a lograr el equilibrio que buscas.
Te alimentas escuchando tus auténticas necesidades, elevándote por encima de adicciones y antojos que te impiden ver lo que realmente te beneficia.
Aprende a crear salud y energía en tu cocina:
Fundé la escuela para tratar de contagiar mi amor por la cocina casera, de toda la vida, hecha al calor y al amor del hogar… porque nuestra moderna sociedad de consumo, en su loca carrera hacia ninguna parte, está perdiendo una de las bases principales de la buena salud: el uso de la llama.
Sin darnos cuenta estamos renunciando al placer y la satisfacción de la comida casera, pretendiendo sustituirla por alimentos sin vida ni energía, que ni alimentan ni mucho menos potencian nuestra salud, y que son responsables de buena parte de los trastornos más comunes de nuestra sociedad: sobrepeso, diabetes, hipertensión… y un sinfín de problemas que podrían evitarse volviendo a nuestras raíces, volviendo a usar el fuego para crear calor y VIDA.